En el Viceministerio de Autonomía califican a la Alcaldía de Achocalla como reincidente en el congelamiento de cuentas, porque ya van tres veces que son suspendidos sus recursos como consecuencia de problemas de gobernabilidad, además de algunas demoras en la entrega de los informes financieros.
El 10 de agosto de 2006, luego de que Wenceslao Ochoa (el primer alcalde de la gestión 2005-2009) fuera destituido del cargo con una acusación de haber incurrido en corrupción, el Concejo de Achocalla nombró en su lugar, de manera interina, a René Pérez.
Éste se mantuvo en el puesto hasta el 24 de abril de 2008, casi dos años de gestión, pero fue destituido por el Concejo porque “hubo malversación de recursos, pues figuraban obras fantasma como concluidas, como el empedrado de la avenida Añahuani y la construcción de una de las dos rotondas a los extremos del tramo”.
Ante esta situación, el Concejo decidió designar como primera autoridad a Max Carlos Tórrez, quien inicialmente no logró posesionarse por la resistencia del grupo encabezado por Pérez. Tórrez, incluso, planteó un amparo constitucional que la Corte de Distrito falló a su favor.
Pérez argumentó una serie de irregularidades en el nombramiento de Tórrez para evitar su posesión, dijo que tiene juicios pendientes por apropiación indebida de una topadora que correspondía a la Prefectura del departamento de La Paz, además de haber pagado un viaje a España con recursos municipales. Ambas razones, dice, le valieron una suspensión del Concejo en julio de 2007. Pero finalmente Tórrez tomó posesión de las instalaciones municipales respaldado en el amparo constitucional.
Como resultado de esta pugna política, Achocalla no tiene obras. Al menos cuatro grandes proyectos —la perforación de pozos de agua potable, dotación de mobiliario escolar, obras del programa “Bolivia cambia, Evo cumple” y dotación de agua— están paralizados y a punto de perderse porque algunos ítems requieren una contraparte edilicia.
No obstante, según el reporte del Ministerio de Economía y Finanzas hasta el 30 de abril, las cuentas de la Alcaldía de Achocalla volvieron a suspenderse. Tórrez tramitaba el descongelamiento de los fondos.
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